Pero no le pasa a todo el mundo. No le pasa a casi nadie. Me tocó estar del otro lado, tomar finales. Y traté de hacer la experiencia un poco más amena...
Soy de lxs pocxs afortunadxs que nunca se pusieron nerviosxs al rendir un final. Siempre fui entre muy confiada de lo que sabía y muy segura de que había hecho todo lo que podía hacer.
Pero no le pasa a todo el mundo. No le pasa a casi nadie. Me tocó estar del otro lado, tomar finales. Y traté de hacer la experiencia un poco más amena... Qué título más horrible y masticado. Pero no se me ocurre otro. Hubo una muestra de fin de año en la escuela. Y me sorprendí muchísimo...
Este año fue difícil. Me costó mucho conseguir trabajo y cuando lo hice, me encontré con un segundo grado complicado. Un grado que había tenido 7 maestras en dos años, que casi no había sistematizado contenidos, que no tenía hábitos de trabajo construídos.
Un grado que llegaba, se sentaba dándome la espalda y se ponía a tirar cosas. Que tenía un desnivel importantísimo, con chicxs que escribían cuentos y hacían cuentas mentales y otrxs que no estaban alfabetizados y no lograban resolver cuentas sencillas. Un grado en el que la mayoría de lxs alumnxs tenía alguna situación personal complicadísima. Fue un año difícil y maravilloso... Primer pregunta de la mayoría de las clases de casi todos los institutos de formación docente. Tantas veces contestada con una ingenuidad imperdonable..."Enseño porque me gustan los chicos" "Enseño porque de chica me gustaba jugar a la maestra" o "Enseño porque no tenía idea de qué otra cosa hacer"...
Tomémonos un rato para pensar de verdad sobre esta pregunta. |
AutoresLa mano escritora, por ahora, es María Fernanda Pellegrino. Publicaciones
Julio 2015
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