Con Pitu deslizamos, como quién no quiere la cosa, el temita de los chistes sobre mayorías (no desde la crítica sino desde el espejo en el aula), porque con el juego salta la ficha de lo naturalizado que como docentes tenemos que repensar...
Pero la posta vino con el segundo enunciado. Después del debate ameno en donde terminamos amorosamente buscando convivir en la diversidad, en el pizarrón aparece "La educación debe ser neutral".
En general, se da un debate extenso en el que la mayoría dice que está de acuerdo y argumentan desde el desconocimiento del significado del término "neutral". Lxs que están en desacuerdo dicen lo mismo que lxs otrxs y eventualmente alguien frena todo y pide esta cosa tan importante que es establecer un lenguaje común para poder debatir.
La discusión del miércoles fue interesante porque incluso antes de empezar, lxs estudiantes nos miraron con las cejas levantadas y nos pidieron que definiéramos "neutral". Con Pitu nos encontramos en la espantosamente difícil tarea de responder sin que eso afectara a la discusión posterior...que es algo objetivo, que no involucra el pensamiento o la ideología del docente...que nos enredamos pero ellxs entendieron y, más tranquilxs, se saltearon la discusión...
"Ah, pero entonces no. La enseñanza es mucho mejor si podés hacerla desde tu experiencia, contar cómo te sentís, ver lo que dicen los chicos, decidir..." Y todas se fueron para el mismo lado.
Como no quedaba otra, me disfracé de abogada del diablo y empecé a argumentar a favor de la neutralidad de la educación.
-Pero vos tenés que enseñar contenidos, no experiencias ni sentimientos. Sino se pierde el tiempo.
-No, porque es mucho más fácil aprender si es desde la realidad.
-Bueno (dice otra), yo estoy de acuerdo...igual, ponele, no me parece bien que se haga política en la escuela.
Yo me iba a meter, pero le respondieron sus compañerxs.
-Pero política hacés siempre, además la escuela en sí está atravesada por la política. Si se te cae un techo, si no te mandan plata...eso ya es política.
-Sí, pero vos no podés ir y decirle al nene que vote por uno u otro político.
-¡Eso! (intervengo), sino estás imponiendo tu pensamiento.
-¡No! Porque vos no definís lo que él va a pensar. Vos le mostrás distintos caminos para que elija y la tuya es una experiencia más.
-Yo tenía un profe re macrista y otro re kirchnerista y con los dos se podía hablar y te daban distintas opciones.
-Osea (me meto), que no es lo mismo ser político que ser partidario.
-¡Claro! Es eso...la política está en cada decisión y obvio que cuando se da clase.
Y siguieron diciendo maravillas que yo no pude discutir por mucho tiempo. No llegamos a la última consigna, "El docente es el encargado de aplicar técnicas para que los estudiantes aprendan". Pero no importa. Parece que con estxs futurxs maestrxs, la mitad de nuestro trabajo ya está hecho.